martes, 5 de septiembre de 2017

Sin necesidad de conocer...porque Sabemos.

Ser relativo es lo que tiene: Todo es válido y al tiempo nada, absoluto.

La fina frontera que funde lo cierto nos hace confusos y frágiles. Pero pegado a ella aguardan también la gran explicación sin palabras, el Misterio, la Vida desnuda, lo Real, aquello nos termina definiendo de un vació a otro vaciándonos de certezas.

Descansamos así sin necesidad de conocer...porque Sabemos.

No paro de Aprender todo lo que no sé. Me muevo mucho para sentir lo que siempre está quieto y hace que todo se mueva. Estudio, Conozco, comparo, leo... intuyo, olvido, experiencio, soy. Teorizo...respiro. Afirmo...me sorprendo. Creo que...cambio de creencia. Me equivoco, acierto, disculpo, me perdonan. Soy radicalmente humano e intrínsecamente Ser. Escucho. Me Abro. Sonrío. Me dono y recibo. Hago y me sucedo.

Cada vez más muchas mentes rectas caminan gritando certezas totalitarias y nos acusan a los ignorantes doctos declarados de ser miedo camuflado, falta de definición o fácil escapatoria. Exigen posicionarse y que nos posicionemos. Los asusta el Aire. Sin duda ellos tienen razón y se equivocan. Apuestan por los bandos. Separan. Cuidado con su tajante y exclusivo...porque nutre el conflicto, rasga y destruye.

Sólo si estamos Atentos y siempre si somos Amor podremos elevar el Alma por sobre las espirales de palabras y espejismos buscando aquello que nos Une más que lo que nos distancia. La clave está en Ser Humano. El desastre en los humanos sin Ser. Deshumanizados somos muy peligrosos. El poder es solo un sucedáneo del Amor...sin éste andamos perdidos y seremos perdedores.

Hablemos del valor del Ser Humano. Reconozcamos el Poder de toda Vida. Dobleguemos los detalles para encumbrar la Raíz. Toca Educar y sobre manera re- Educarnos para sacar fuera del común Corazón el Corazón Común que llevamos dentro. Es tiempo de lo Profundo desde nuestra Sencillez. El viejo sueño de los filósofos no termina nunca de morir. Asumamos que el Camino es consciente o no es. Ya sabemos despeñarnos y ha quedado demostrado por muchos medios materiales que tengamos para no tropezar.


Todo lo que exponen los que imponen sus verdades convencidas, esos que jamás tiemblan de duda y se declaran defensores de lo cierto, me parece acertado y al tiempo al borde del abismo. Desenfocado. Parcial. Revisemos lo irremisible. Palpemos la niebla de los ojos.


Es muy fácil caer en la tentación de los -ismos ciegos. Señalando opuestos y encumbrando géneros, razas o ideales. Es cómodo construir modelos que destruyen. Posturas camufladas de justicia que no acarician sino que arañan...incluso con la excusa de defender lo más Sagrado. Movimientos que pierden el rumbo básico encallando en los atolones de dogmas que apartan y marginan. Muchas veces con razones loables, siempre con rígidas posturas que enfrentan. La paz radical no es Paz.

Mi punto de vista alternativo es triple como mínimo, y al tiempo único: Empoderar a los individuos desarrollando lo Amoroso Consciente tras remarcar lo Común Salvador. Alinearse con lo Trascendente. Alienarse del credo.


Enseñemos a pensar en común...aprendamos a escuchar... vivamos con las diferencias. Más que acusar al otro, busquemos acogerlo. Que vea allende sus mínimas narices. Acompañar es mejor que meter caña. No más condenar, tratemos de entender, hacer Ver y Vivir lo Esencial. Es tiempo de apostar por lo que nos Une y Hermana...la Humanidad. Reciclar las vallas en puentes. Desenmascarar las falacias. Amar más allá del miedo...aún sin seguridades.


Me apunto a la Comunicación no Violenta, la Escucha activa, el Arte que Sana, la Responsabilidad personal antes de la acusación del otro. Defiendo el silencio que sana, los paseos por la más salvaje naturaleza, la observación de la tierra para honrar sus continuos dones, el entretenimiento que descubre el tiempo dentro del tiempo...la pausa. Lo Presente. El Aprender jugando...El Jugar, salvemos el Jugar: sacar su jugo a este juego. La Vida sin banderas ni bandos.


Sé que no es fácil, muchos lo intentaron antes...tampoco imposible...muchos lo seguimos proclamando.
Sé de quién depende.
Sin duda la aventura es personal, colectiva e irrenunciable.
O tal vez nada sea así...pero lo escribo y me detengo en ello.