lunes, 1 de abril de 2019

Sin Voluntades aviesas


Durante mucho tiempo, mi ego niño creyó que la gente iba a verme porque le caía bien, por que no estuviera solo, por apoyarme... incluso por lástima.

Algunos acudía a mi espectáculo o espejo o escaparate porque buscaban conseguir algo de mi, más allá de lo que hacía en ese trabajo...y la verdad eso me hacía estar en deuda. Preocupado de atenderlos y devolver su favor. Atrapado en el lazo de ese amor condicionado. Esclavo de sus deseos.

Ahora ya, adulto y responsable, siento que claro que habrá un poco de eso aún, flotando en el aire por la relación previa creada entre nosotros. Y es inevitable. Pero fundamentalmente quiero que quien vaya sea porque hay algo más grande que lo convoca allí, mucho más importante que yo o sus propios intereses. Porque verse a mi través los haga especialmente bellos y Felices. Conectando con un rincón de sí mismos potente y olvidado. Tal vez hay quien vaya porque se ríe o llora o siente conmigo, porque se llena de más vida con lo que hago y digo y callo. Porque mis rimas o letras o cantos rocían de Amor su alma y encienden la llama de lo Real.

No hay hueco para un ir que no tenga que ver con lo que hago y provoco y Soy. Abstenerse intenciones ocultas.

Las contraprestaciones al margen de mi trabajo no tienen sentido y terminan generando tensiones. Cualquier visita interesada mata la Verdad y lo Auténtico. Asesinan la primavera y lo puro. Dejémoslas fuera de nuestras existencias.

Vuela o no; pero por el hecho de hacerlo. Jamás porque llegarás a este u otro nido. De tal o cual manera.

Practiquemos el olvido del cálculo de intereses. Bailemos con nosotros mismos al borde del abismo de la Nada más fecunda.
Seamos.... sin voluntades aviesas.