No
intentes comprenderme.
Dicen
que somos un Todo al borde de la nada. Que la nada nos hace a todos y
que sin bordes no podríamos contenernos ni tomar y tener forma. Como
el café y su taza...la taza y el vacío que la da sentido.
Mata
tu idea.
Oigo
muchas cosas que se acercan a lo cierto y son, claro, falsas.
Sólo
lúcidos intentos en la noche del Misterio. Bengalas de sabios
devoradas por el sol más real. Millones de humanos escribiendo con
la luz de sus luciérnagas sobre el aire de arena que se mueve y
difumina. Viento.
Me piden certezas y solo puedo
dar Verdad.
Léeme
o pasa de largo.
Yo
solo Vivo y escribo. Y me juego la Vida jugando a escribirme...
mientras el tiempo pasa y lo eterno se sonríe a cada paso. Soy ese
paréntesis que se relame sin siquiera saber a que saben los zarpazos
de lo ilógico que me besan y vuelan deshechos a cada instante...por
ejemplo...ahora.
Baila
con mi baile de palabras sin sentido.
Yo
sólo Juego como mi padre a recordar y seguir vivo...como el genio a
no tener miedo....como tú misma a echarme de tu lado por temor a
vivir de veras. Sólo juego para saberme vivo sin saber porqué lo
hago...por fin abrazando las pueriles sinrazones del campo que no
tiene puertas ni almenas. No digo nada; pero lo estoy diciendo. Y tus
ojos me sonríen como las teclas que golpeo sin tener nada concreto; pero sabiéndonos unidos...y yo más real.
Respóndeme
solo con tu latido.
Me
regalo estos ratos de nada...que saben a todo y a ti. Desconozco
quién eres o quizás sepa muy bien el nombre de tu alma espejo...que
pasa de lo confuso a la Fusión al contacto con mis vuelos de versos sin rumbo.
Y
grito tu nombre porque tú también te enamoras de lo Bello más allá
de lo dicho y el hecho.
Gracias
por tu pálida pupila compañía vital.
Sobre
aquella hoja de invierno escribiste la sentencia del otoño.
Había
dos extremos y era claro...empezamos a leerla cada cual desde su
abismo.
No
te culpo...no me aparto...Sonrío.
Ojala
la Vida sea esto: Jugar a descubrirse en un Escalofrío de Paz.
No
me juzgues...es un Juego.
