lunes, 22 de julio de 2019

Humanidad, Humanos, Humanizando.


El Corazón.

La clave pasa por el Corazón. Y no como un músculo que bombea sangre, si no como metáfora perfecta que señala nuestra Humanidad. Rescatar ésta es la única vía eficaz e inteligente para salvar un Mundo que está en crisis global por su ciega identificación exclusiva con la materia y sus rendimientos económicos. Naufragando.


Cuánto más nos hace falta vivir o morir, para darnos cuenta de que la llave que es clave no está hecha de “más madera es la guerra”, recortes, ajustes, control, miedo, muros, represión, insensibilidad…si no de Corazón.
Humanidad.
Colocar lo cálido en lugar de lo calculado…lo carnal ante las cifras…el Amor con mayúsculas frente al raquítico frío solo “resultadista”. Hacer lo mismo si se quiere; pero con Humanidad. Hacer pues lo mismo; pero distinto. Despertar.


En efecto, se precisa más afecto.


Hablar de esto en tiempos de recesión o en contextos puramente empresariales y competitivos puede sonar utópico e inocente. Y sin duda lo es, desde ese prisma hermético y materialista que ha demostrado ser patético y obsoleto. Un sistema de producción que se desmorona y fracasa es la prueba palpable de que toca innovar e innovarse. No puede haber “Nada” feliz con “nadies” tristes. Ni países, ni autonomías, ni ciudades, ni comunidades de vecinos. Positivemos ministros, directores generales, alcaldes, o subsecretarios.


Es tiempo de Crecer desde el Querer. Se impone ser inteligentes, sensibles, empáticos…Humanos. Hay que arriesgarse a implantar nuevas vías en las que todos ganen sin esfuerzos de más ni cabreos que merman. Lo que no Suma y pesa… ya no interesa. Toca la escucha abierta que teje Bondad para todos. Ser el adalid de lo nuevo. Posicionarse con el Corazón en la mano como escudo frente al mundo de la cuenta de resultados. A Humanidad descubierta. Ser uno más… o ése que genera el Cambio. Abrazar lo Nuevo para sacar sus enseñanzas.


Cualquier propuesta humanista en el campo de la Organización y el trabajo debe ser, eso sí, científica. Para no ser tildado de iluso, quimérico, poético o irreal. Uno debe argumentar todo con modelos, planificación y tecnologías específicas. Hechos. Valentía. Acción. Dejar de hablar de algo, para vivir su experiencia.
Hay que ser muy serio; sin ser un triste, para ablandar a los que blindaron su corazón.


Tal vez este sea el hilo que proponen algunos que son llamados utópicos, infelices, fantasiosos: Sumar el Amor al dinero. Lo Humano a la empresa. La negociación sobre la imposición. Vigilar los aspectos intangibles. No oponer, sino complementa. Reivindicar la irrenunciable Luz. Poner Creatividad donde falta capital.

Y lo hacen así justo en las entrañas del monstruo materialista. No desde una oposición encarnizada, sino restaurando lo obsoleto. Son unos valientes infiltrados que crecen más y más.
No está reñido ser eficiente y feliz; eficaz y cercano; líder y sensible; triunfador y Humano; funcionario y realizado.


Sus recetas no son locuras. Muy al contrario son sesudas propuestas que posponen lo acomodaticio y encumbran lo Inteligente. Investigaciones que aportan lo feliz a lo que funciona. Y cada vez son más.


La Humanidad reclamada es válida para cualquier gremio: funcionarios, artistas, médicos, profesores, banqueros, operarios, directivos, agricultores. Ningún homo sapiens sapiens puede salvarse fuera de su esencia. Solo desplegarla es victoria y replegarse a ella, perder y perdernos.


Los que no sean ahora inteligentes…serán pronto decadentes. Repetir esquemas que se desmoronan es invertir en un escombro seguro. La raíz del cambio es atreverse al Cambio. Renovarse…o morir.


Y sólo se muere si se para el Corazón…la Humanidad que somos.
Toca latir, toca sentir, toca Crecer, toca arriesgar con conciencia... porque algún día, no sé sabe cuando, vamos a morir. Seguro. Pero que sea siempre sin dudas después de haber vivido.
Que nunca sintamos que nos sorprendió el olvido de lo que Somos y por ello dejamos de ser plenamente humanos.


Desperdiciar esta oportunidad es desperdiciarnos.
Merecemos y merecen un Mundo Mejor... y la solución no está fuera ni lejos ni al margen.
¿Cuánto más tiempo podemos estar desperdiciando lo que realmente Somos?

La ligereza empieza a pesar.
Adelante... siempre con Amor.
Nos toca cuidar, comprender e inspirar a otros.
Nos toca ser, definitivamente, Humanos.

Así sea. Así Es. Hecho está.




lunes, 1 de abril de 2019

Sin Voluntades aviesas


Durante mucho tiempo, mi ego niño creyó que la gente iba a verme porque le caía bien, por que no estuviera solo, por apoyarme... incluso por lástima.

Algunos acudía a mi espectáculo o espejo o escaparate porque buscaban conseguir algo de mi, más allá de lo que hacía en ese trabajo...y la verdad eso me hacía estar en deuda. Preocupado de atenderlos y devolver su favor. Atrapado en el lazo de ese amor condicionado. Esclavo de sus deseos.

Ahora ya, adulto y responsable, siento que claro que habrá un poco de eso aún, flotando en el aire por la relación previa creada entre nosotros. Y es inevitable. Pero fundamentalmente quiero que quien vaya sea porque hay algo más grande que lo convoca allí, mucho más importante que yo o sus propios intereses. Porque verse a mi través los haga especialmente bellos y Felices. Conectando con un rincón de sí mismos potente y olvidado. Tal vez hay quien vaya porque se ríe o llora o siente conmigo, porque se llena de más vida con lo que hago y digo y callo. Porque mis rimas o letras o cantos rocían de Amor su alma y encienden la llama de lo Real.

No hay hueco para un ir que no tenga que ver con lo que hago y provoco y Soy. Abstenerse intenciones ocultas.

Las contraprestaciones al margen de mi trabajo no tienen sentido y terminan generando tensiones. Cualquier visita interesada mata la Verdad y lo Auténtico. Asesinan la primavera y lo puro. Dejémoslas fuera de nuestras existencias.

Vuela o no; pero por el hecho de hacerlo. Jamás porque llegarás a este u otro nido. De tal o cual manera.

Practiquemos el olvido del cálculo de intereses. Bailemos con nosotros mismos al borde del abismo de la Nada más fecunda.
Seamos.... sin voluntades aviesas.