lunes, 9 de octubre de 2017

Alas y Raíz.

La inconsciencia nos mata. Resta. Nos hace más pequeños.
Daña lo mejor de nosotros la ciega ignorancia.
La soberbia es otro tapiz opaco que arrebata del alma su Luz y frescura. Y nosotros, desnudos de la divinidad que somos, nos convertimos en máquinas ausentes sedientas de nada. Repetidas. Vacías de todo. Cansadas.
Olvidadas sombras que vagan tristes como flores al Sol de un eterno agosto de desierto.


La Humanidad se deshumaniza negando lo Esencial y su alma. Eso tan último e íntimo que abrasa con solo rozarlo. Hálito básico que hace ver al prójimo en cada todo y todos. Huella de lo Alto. La Humana Unidad se desmiembra a toda prisa mientras nuestros ojos adormecidos se llenan de sucias imágenes frías de plástico en plasma...legañas pasajeras sin sustancia real. La Humana hermandad olvidada quiebra las calles y casas. Justo allí donde triunfa el golpe y la amenaza, la extorsión, el exilio de lo que sí sabe convivir, lo zafio con sus gritos que sobran o tantos silencios aún más violentos si cabe.


Sí es cierto: nos imponen las prisas, lo urgente, la fuerza, lo aparente, el poder menos tierno y comprensivo, la brutalidad, el miedo...el miedo...el miedo...el mismo innegable miedo repetido. Y como no estés atento caes en la red. Compras la trampa. Te haces esclavo. Pierdes Amor.

Las relaciones, como cualquier otra manifestación cultural, solo son fieles espejo de su tiempo. Los malos tratos hablan del maltrato que hacemos a nuestro lado más luminoso. A nosotros mismos. Olvidar el Amor es morir. Identificar el amor con la posesión, la muerte. La sociedad se desangra sin saberlo siquiera.
Pero siempre nos quedarán los poetas, la literatura, el regazo de Dios, la playa tranquila, el bosque abrigo, los eternos niños creativos, la esperanza lúcida y en pie, ese humano que se entrega y es ejemplo, las lágrimas que lavan tanto ego tan henchido, la música como milagro, el innegable triunfo final de la somatización más radical de la Belleza.

Siempre quedará la mediación de los místicos, la meditación, el despertar a la Fuente, la Luz. Y todos y cada uno somos así potencial poema y canción, mirada que acaricia, escucha atenta, vela, velero, brazos que salvan y no pegan, ternura tierna que camina con Luz al son de un latido vivo y consciente. Todos somos Humanos y por ello milagro.

Dejemos que lo vivo lo inunde todo de nuevo. No hay más real bienestar que estar bien realmente. Y eso requiere feliz entrega a la búsqueda dichosa de uno mismo. Relajar el temor, Educar el Alma. Sepamos descubrir la Vida Secreta de los pájaros que habitan en el Universo del Amor. Volemos...más allá de las jaulas de oro hasta nosotros mismos. Seamos mano amiga tendida.

Muchos niños hoy adultos no encontraron el calor de un regazo que los hiciera sentir dignos de ser. Toca acoger. Dejar que se acurruquen en lo cierto. Abrir otras ventanas a sus desilusionados almas. Jamás gozaron estos niños del gozo de vivir. Y entonces disfrazados de adultos prepotentes empezaron a ocultar su miedo bajo el manto púrpura de lo violento y la dictadura. Se sienten solos, se volvieron sordos al eco de su alma sedienta de una atención que les fue negada.

Para qué hemos venido a esta vida. Qué es lo realmente cierto. Lo que importa. Dónde pongo mi Atención... cómo uso mis talentos. Hasta donde voy a seguir derivando responsabilidades propias como espejo que refleja el sol que necesita su Verdad Cálida. Sirvan estas letras como alas y raíz. Siempre flotando entre lo innegable y el deseo.