Vence
al virus más temible
la epidemia del Amor,
que
siempre nos hace mejor,
aunque
sea ella invisible
oculta
tras lo tangible.
Toca
sembrar poesía
que
dirán que es fantasía;
pero
eleva las defensas
y
hoy las buscamos inmensas,
como
el niño su ambrosía
como
el hombre la Alegría.
Las
tuyas, ya son las mías.
Justo
eso... y viceversa.