Nunca
sabrás a qué sabe mi cuerpo...ni jamás fondearé en tu pecho de
almendra.
O
tal vez sí.
Hay
toda una historia descuidándose...o tal vez no... mientras tus manos
acarician magnolias.
Jamás
fueron fáciles los cambios de estación.
Soy
Feliz en mi barco nómada acicalando aventuras y sigo sin
acostumbrarme a destejer quimeras... deriva más bien todo mi reino
en enhebrarlas.
Siempre
hoja en el Viento...hijo de las hojas y de Áquel.
Ahora
sólo resta ahogar este mar tan hondo. Dejar de escribir.
Recoger
mis velas y mirar hacia el Cielo para asaltar un nuevo asombro
fugaz... otro regalo dulce o el mismo zarpazo viejo.
Mientras
te despides...lloras.
Y
es tiempo de ser inédito protagonista de otro sueño de otoño.
Humo
que desgarra la rima, el mismo hilo azul dispar repetido... esa
escalera que se deshace sin días... o mi rima infinita fecundando tu
recuerdo regalo.
Soy
un sueño en círculo y ganas de descansar.
Los
pasos de cualquiera...aunque esta historia es sólo nuestra y de
todos.
Silbo
ese silencio de bosque que habla de tu piel poema... surco sereno la
mirada sanadora de nuestro Amor muerto...tan vivo. Abrazo tu Pureza.
Por
fin lo acepto:
Vuelvo
a ti con otro nombre.
¿
Qué necesito yo para ser feliz?
Necestas "ser" y eso lo tienes, lo hay, lo es...
ResponderEliminarQue lindas palabras para despedir, para volver o hasta para recibir.
Eres grande mi pequeño hombrecito lindo. Gracias.
ResponderEliminarYa no escribo,
para que mis letras no vayan a buscarte,
o se empeñen en verte, para que no te llamen.
Ni sueñen con tus besos, ni te inviten a amarme,
O pidan suplicantes, que este vacío me tapes.
Ya no escribo,
porque no quiero hacerlo, sobre el miedo
a tenerte, a anhelarte o dañarnos,
o el miedo a recordarte,
eclipsándome soles y la nada llenarme.
Ya no escribo
Y no hablo de quejas. Ni de ausencias. O dúelos. Ni de lunas que arden, en lechos bien compuestos. Ni de ojos en sangre. Ni dolores de parto. Ni de pieles ajadas, por la falta de besos. Ni de manos dormidas y labios resecos.
Ya no escribo... Para en la tierra enraizarme. Y que el eco del silencio, me ayude a serenarme. Para en mis huecos encontrarme y volar en mis adentros.
Pilar García (Pilig)