y entonces se deja atrás uno
Así se renace a lo Real como llave de Luz o gota de rocío.
La Vida no tiene tamaño entonces: es la galaxia y el átomo,
Somos todos los bosques, cada constelación, el mar, su borrasca
olvidada, las últimas volutas de un misterio de brea, del centro del
río penacho de bruma. Lo conquistado.
No tiene forma la Vida, avanza como el paisaje o las arrugas. Lo
mismo en la mano del viejo tronchando el tallo de un lirio que en el
níveo talón del bebé arropado en su ausencia feliz... es mi ansia de
rendición sobre los arrabales del día a día o aquella tan conocida
huida tuya hacia delante.
No vivimos de hecho… somos la Vida. Victoria.
No la tenemos… nos posee. Paseo.
Tan sólo si resolvemos nuestro eclipse original navega como hoja en
el viento dichoso este vapor de aire y huesos por sobre las islas del
consuelo o sus desolaciones.
Sabe esperar la Vida… es eterna. Ecuánime al margen de adjetivos e
intentos, observando incólume desde lo alto.
Me dijo “patria”, respondí imposible.
Me dijo “amor”, conjugué el silencio.
Ahora soy más allá del sueño en tus pupilas o el aire y suelto ya el
sarcófago labrado de estos versos.
Te Amo, sí. Debías de saberlo.
Guaoo! Profundamente bella. Artista de las palabras, me estremezco al leerte. Gracias por compartirte Mario San Miguel. Te abrazo.
ResponderEliminarSin palabras ...
ResponderEliminarSonrió ....
Gracias Infinitas ...
Dios en ti ...
Dios en mí ....
A veces uno se siente sólo, pero llega de repente a ti el aliento de unas palabras que te hacen recrearte en sus propios pensamientos, que no son tuyos, pero nos sirven, nos abrazan y desde ahí todo cambia, la soledad ya vuelve a ser compañera...
ResponderEliminarEl más bello regalo...
Sentir, Amar, Ser y Estar...VIDA
Gracias.