lunes, 29 de noviembre de 2021

En los charcos del Misterio

 


Dios se llueve a sí mismo

en los charcos del Misterio,

derrocha intactos espejos perfectos

sobre el rostro de todas las cosas.


Existe un reflejo que debe perderse, 

para alcanzar el irisado remolino origen sin mancha.

Hilo azul que enlaza a la Unidad.


Lo sabio es no saber,

ser sólo audiencia... o paso;

pero este esqueleto de sueños

en mano que busca amparo

precisa sujetar siempre, y entonces, el aire ebrio que tanto lo asfixia.


Así rima el poeta entre los restos del pecio

soplando en los rastros de espuma que dejan los días,

así se incendian nuestras sombras aisladas

o toda perversión precipita al fracaso y la peste.


Es cierta la ingrávida senda que nos sostiene,

nube invencible, experiencia de aire,

alado Amor que desnuda el ensueño

para vestirle de lluvia… y Eternidad.


Apenas somos un siseo,

borrasca que tiembla o sonríe,

entre las hojas del Ser.


Y el alma se arrodilla ante este eco.

2 comentarios:

  1. Gracias Mario, siempre es un deleite leerte o escucharte.
    Deseando volver a "disfrutarte" en presencia, ya sabes que en Logroño se te quiere un montón.
    Un fuerte abrazo.

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